martes, 4 de octubre de 2011

La vida va de eso...


En este preciso instante él enciende una vela en un cuarto en penumbra. Alguien como yo escribe algo sin sentido; alguien como tú lo lee... Un grito rompe el silencio, mientras el llanto anuncia que otro niño llega al mundo en Chile... Él agoniza en una cama del hospital de una ciudad cualquiera, en Paris alguien hace el amor y en Afganistan las balas reniegan del aire maldito, mientras una madre llora a su hijo muerto en Ukrania. Una nueva estrella nace en alguna parte...

En este mismo momento, muere el hambre de un vagabundo con un bocadillo, mientras la boca de un empresario ronca en mansiones, o Nicolas Cage se mete una ralla de cocaína en la suitte del Ritzz en New York... Una sombra asesta una puñalada en las calles de Berlin, a la par que dos niños observan la salida del sol en Australia. Sopla el viento ártico mientras tu duermes, a espesas de la ventana abierta que se resiste a entregar su verano. Tormenta solar en Andrómeda...

Justo ahora, muere una hormiga en Marruecos, nace un elefante en la India; cae un rayo en Panamá y dos adolescentes se agarran de la mano en Ontario, prometiéndose amor eterno... Un pescador recoje sus redes e Japón al mismo tiempo que alguien tiene un accidente de tráfico en Shangai, por poner un ejemplo...

¿Y tú?... Seguirás pensando que eres tan grande y tan importante como para que el universo gire en torno a tus problemas. Seguramente darás vueltas a las misma preguntas de siempre antes de rendirte en tu cama, imaginando que mañana tal vez cambien las sensaciones, o vengan a tu mente las respuestas que nunca quisiste escuchar de boca de otros. Mañana te levantarás y harás lo mismo de siempre, a la hora de siempre, con la gente de siempre... O tal vez no...

Por favor; te ruego que adelantes 30 minutos de rutina, tras mirarte al espejo y descubrir que estas vivo, hagas algo por merecerlo... Simplemente sal a la calle y siente el sol en tu piel, calentando tu rostro... Busca un lugar, no tiene por que ser bello u onírico; un banco en el parque nos vale... Y siéntate 15 minutos...

Observa, respira hondo y despacio, recuerda mis palabras; imagina la cantidad de sucesos que pasarán a la par que las manecillas de tu reloj (o los números en el móvil), van caminando hacia adelante, inexoráblemente... Siéntete muy pequeño y afortunado... Y piensa; medita por un momento que tal vez no debas dar a nadie las gracias por ello (fuera de misticismos y otras creencias), sino agradecerte a ti mismo el aprender a tener plena consciencia de lo maravilloso que es, simplemente poder gozar de un día más en este universo anárquico, desconocido y asombroso en el que tienes la oportunidad de asistir a procesos simultaneos tan dispares.

Siéntete vivo, ahora si... Empieza a respirar de verdad, día a día en los pequeños momentos que te regale tu tiempo, para almacenar ese oxígeno que necesitarás en aquellos otros en los que la soga apriete tu cuello y asfixie. No olvides jamás que las cosas que haces son las que marcan tu precio, y no el dinero... De nada vale valer nada, más cuando lo que más vale, es no tener precio.

Tal vez vaya siendo ya hora de que dejes de ser un mero expectador de todos esos procesos simultaneos... Tus actos son los que te hacen, así que haz lo que sabes y poco a poco, sabrás lo que vales. Sigue respirando; recapacita, pues bien cierto es que aunque formes parte de él, no eres nada en el universo, pero siempre podrás crear tu propio mundo, incluso llegar a convertirte un universo entero para alguien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario